El estudio, titulado ¿Una crisis polarizante? señala cómo el Reino Unido se dirige hacia un mercado del empleo que únicamente tendrá dos niveles, con una parte superior de la escala laboral, la de la alta gestión, la consultoría y el trabajo de alta cualificación que está creciendo un 16% desde el inicio de la crisis, y un sector inferior, el de los servicios y hostelería, que ha aumentado un 17% en ese mismo periodo.
Las industrias que ofrecen bajos salarios han aumentado considerablemente en los últimos añosEl informe señala cómo los empleadores han aprovechado la crisis para que los trabajadores cuyas tareas no son rutinarias (y que por tanto precisan de formación) hayan aceptado rebajas en sus salarios y han despedido a aquellos empleados cuyas tareas se podían automatizar de forma sencilla. Subraya a además las fuerzas cíclicas que están transformando estructuralmente el mercado de trabajo, de forma que sectores antes pujantes, como la construcción, están dejando paso a la salud, la asistencia social y las actividades económicas como principales motores del empleo.
Sin embargo, esos sectores que están creciendo y que implican labores no rutinarias, caso del cuidado de ancianos, han ido acompañados de un descenso en las retribuciones. Por el contrario, los sectores cuyas tareas son repetitivas,como es el trabajo de secretaría, que se han llevado la peor parte de la caída en el empleo, apenas han variado en sus retribuciones (en aquellos casos que han logrado sobrevivir).
Un nuevo panorama industrial
En cuanto al mercado laboral estadounidense, que también es analizado en el informe, las conclusiones son aún más negativas, ya que la polarización es mayor incluso que la del Reino Unido. Las industrias que ofrecen bajos salarios han aumentado considerablemente en los últimos años, y son cinco de los seis sectores que peores retribuciones ofrecen a sus trabajadores los que mayor empleo han ofertado entre 2008 y 2012. El tercio inferior en cuanto a salario de la pirámide laboral creció en 1,9 millones de 2008 a 2012 y el tercio de más alta cualificación aumentó en 409.000 empleados, mientras las industrias del estrato salarial intermedio perdieron 4,4 millones de puestos de trabajo.
La desaparición de esos puestos de trabajo no ha generado nuevos espacios de ocupación, sino que ha supuesto la sobrecarga de tareasEsa tendencia, que no es fruto de una situación coyuntural sino de un cambio de rumbo, está afectando especialmente a ese sector que necesitaba de situaciones estables, trayectorias laborales sin sobresaltos y de situaciones sociales que permitían acumular lo conseguido, como era la clase media. Y es también esa tendencia la causante de que haya menos empleos y de que los existentes estén peor pagados. En el primer sentido, porque la desaparición de esos puestos de trabajo no ha generado nuevos espacios de ocupación, sino que ha supuesto la sobrecarga de tareas: como señala Luis Enrique Alonso, catedrático de sociología de la Universidad Autónoma de Madrid, "lo que esos empleados realizaban esasumido ahora por sus superiores o por los que estaban situados en los escalones más bajos de la pirámide laboral, de forma que se poseen más funciones aunque eso no repercuta en el salario".  
Como segundo aspecto, en la medida en que las ocupaciones medias pierden peso, los salarios también se dualizan: dado que la mayoría de los empleados están menos formados, porque la cualificación no es necesaria, es posible pagarles menos, sobre todo en un contexto de paro. Como señala Alonso, “gran parte de los trabajos manuales requerían cualificaciones medias, que al ser mecanizados, pasan a ser innecesarios. Lo único que necesitas es alguien que atienda las necesidades de la máquina o del sistema informático”. Y eso es bastante más barato.
España y sus clases medias
Esa situación, asegura Alonso, “es aún peor en España, ya que la desaparición de los trabajos de cualificación intermedia, habitual en todo Occidente, se agudiza cuando hay una fuerte desindustrialización, como es nuestro caso. De manera que tendremos una economía de hotel, con gestores por la parte de arriba y limpiadores y camareros por abajo”.
La clase media, el estrato que proveía de estabilidad a nuestras sociedades, desapareceráY el futuro aparece aún más oscuro para las clases medias en la medida en que hablamos de una tendencia que se va a disparar, como aseguran numerosas voces del entorno de la tecnología y de los negocios. Algo en lo que coincide Alan Milburn, exparlamentario, ex ministro de sanidad y actual "zar" de la Comisión de la Movilidad Social británica, quien ha señalado que “los trabajadores de cuello blanco se convertirán en los nuevos pobres, ya que sus trabajos van a ser sustituidos por ordenadores”.  
Como resultado, “los hijos de familias de clase media están en riesgo de serexcluidos de la medicina, el derecho y el periodismo por una élite social que está aplicando algo que tiene todas las características de la ingeniería social".
Esa división entre el empleo de alto valor añadido, escaso y deseado, y el low cost, sostenido por grandes masas de empleados cuyos salarios irán en descenso, y que no siempre superarán el nivel de subsistencia parece que será el new normal de Occidente. En el caso español, todavía peor. Ese es un reto notable, y no sólo de orden económico. La clase media, el estrato que proveía de estabilidad a nuestras sociedades, y que se alimentaba de empleos regulares y estables, tenderá a desaparecer, como señala Milburn, si esta tendencia continúa su progresión, lo cual traería consigo un nuevo mapa político y social cuyas novedades sólo estamos empezando a percibir. Nos adentraríamos en lo desconocido…